¿Eres consciente de lo que almacenas, compartes o envías a través de tu móvil o PC?

No todo son risas ni buenos momentos lo que nos proporcionan aplicaciones como Whatsapp o redes sociales como Facebook, Tuenti, o Twitter.

El botón compartir, un “me gusta” o algo tan simple como “enviar” puede dar más de un dolor de cabeza al que lo pulsa y acabar encontrándose por sorpresa con una serie de problemas legales (muy graves) con los que no contaba ni por asomo.

Sólo hay que echar un vistazo a vuestras fotos almacenadas en el álbum del teléfono móvil para descubrir de una u otra forma alguna imagen con cierto contenido sexual, incluso pornografía. La simple tenencia de un vídeo o una imagen íntima de otra persona sin su consentimiento ya puede acarrear problemas con la justicia (si se han obtenido las imágenes de forma ilícita), agravándose este hecho cuando se trate de un o una menor de dieciocho años.

Los datos muestran que el fenómeno de compartir mensajes, vídeos o fotografías de unos menores a otros es imparable. Archivos que al inicio son enviados en “pleno idilio del amor adolescente” y más tarde acaban menoscabando el derecho a la imagen, la integridad o la intimidad del menor, delitos que suelen ir acompañados de otros como la extorsión sobre la víctima por la posesión de un material tan íntimo y de valor personal para ella.

Nuestra legislación no deja ningún cabo suelto cuando se trata de menores, ya que se entiende que ellos no pueden disponer del derecho a consentir o no sobre la divulgación de su imagen y su intimidad personal, es por ello por lo que cuando hay adolescentes apareciendo en imágenes o vídeos de contenido sexual, nuestro Código Penal castiga la mera tenencia o su divulgación con penas de cárcel que oscilan entre los seis meses y los cuatro años.

Los equipos especializados en delitos tecnológicos de la Policía Nacional y la Guardia Civil tienen potentes equipos de rastreo de estos archivos capaces de comprobar el camino virtual que han tomado esas imágenes y vídeos y conocer en pocas horas quien ha almacenado y/o distribuido dicho material.

Mucho cuidado pues, con esos archivos que se envían a modo de broma en grupos de Whatsapp, se comparten en Facebook o se “retuitean” en Twitter, ya que puede salir muy caro.

Desde GRS Abogados • Asesores Tributarios recomendamos prestar todas las precauciones posibles cuando tengamos conocimiento o llegue a sus manos material de contenido sexual así como poner a su disposición todo un equipo de expertos legales especializados en los delitos de las nuevas tecnologías, así como la defensa del interés de los menores en el ámbito de Internet y las redes sociales.


José María Real Marín – Departamento de Derecho Penal en GRS Abogados • Asesores Tributarios.

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